viernes, 28 de diciembre de 2007

Lev. 16:19 ¿Es para mi tambien?


No siempre fue así. Con esto me refiero a que no siempre supimos compartir con honestidad, como lo hacemos ahora en las células, verdaderas fiestas que celebran la amistad que durante tanto tiempo buscamos y ahora Dios nos ha regalado. Pero no por esto debemos bajar la guardia, sino que como atalayas velemos y apliquemos a nuestra vida levíticos 19:16, no atentemos contra la vida de nuestro compañero de armas en la lucha por nuestra santidad. Celebremos siempre con honestidad en nuestros corazones una conversación sincera y no maculada. Si alguien confía sus debilidades en una reunión, seamos sabios y aprovechemos la oportunidad para portarnos amigos leales. No dejemos que crezca la raíz que dio lugar a la planta venenosa que carcomió las relaciones de nuestras iglesias, donde las sociedades femeniles eran conocidas como verdaderos centros de calumnias y mentiras que dañaron a hermanos y hermanas en quienes Dios estaba haciendo su buena obra. Todos estamos en la carrera, ninguno de nosotros ha alcanzado la perfección, o ninguno pretenda haberla alcanzado. Ni siquiera aquel al que cuando le preguntaron: "¿Es verdad que usted lo sabe todo?", él respondió: "Casi".:o)"Me falta leer un librito y listo, lo sé todo". Ignorando que en ese "casi" se encontraba todo lo que necesitaba para su éxito y felicidad. Le faltaba leer la Biblia.
Evitemos frases como: "No estoy yo para contarlo, ni vos para saberlo, pero decite que...". O algunas otras como: "La verdad es que yo no vivo de esto ni me alimenta, pero como me entretiene, asi que te cuento que..."
Como dijo el Maestro, antes miremos la viga en nuestro ojo. Leamos y apliquemos como verdaderos hijos de Dios: Levíticos 19:16 y nunca seamos atrapados por este pecado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CREO QUE EN ESTA FOTO FALTO YO!!!! MMMMM DONDE ESTARIA NO???